Cenizas, muerte, dolor, indignación, justicia
Vuelan en México cenizas de muerte, dolor e indignación. México grita; queremos justicia.
Luto es el proceso de adaptarse a la vida después de una pérdida. Lamentablemente en México, una vez más estamos de luto, ahora por la infernal muerte de los 38 migrantes que el pasado martes 28 de marzo murieron calcinados en la “cárcel”, o “centro de retención forzada”, que no refugio, en Ciudad Juárez. En México no debe haber adaptación, por el contrario, si, rebeldía.
Estamos de luto en México y en el mundo, por este crimen abominable, perversamente intencional o criminalmente negligente. Difícil será ignorar los hechos, pero tampoco adaptarse después de lo ocurrido. Sentir un profundo dolor por lo sucedido, es naturalmente inevitable. Confío que la deshumanización que experimentamos, no sea tan profunda, como para dejar de expresar punzante indignación.
Las emociones que estos eventos concitan, no lo es todo. El crimen es solamente el inicio de una serie de consecuencias multidimensionales que deberán ser atendidas en lo inmediato.
La solidaridad humana con los familiares de los calcinados y la exigencia de reivindicación. Explicación legal y disculpa a las naciones afectadas por la muerte de sus connacionales. Rectificaciones gubernamentales que los gobiernos involucrados en el tema migratorio deben discutir e instrumentar urgentemente, desde Estados Unido, México, Centro América, Sur América y el Caribe.
La investigación de los hechos deberá ser de manera integral en toda la cadena de mando y no solo parcial. Esto no puede terminar, condenando solo al portero de la prisión mortal.
No deben aplazarse más, soluciones inmediatas y efectivas para resolver el problema. Requerimos investigación, deslinde de responsabilidades del acto criminal, y castigo, es decir, justicia para las víctimas y sus familiares.
Explicación verás del gobierno federal a la opinión pública nacional e internacional, acerca de lo sucedió en Ciudad Juárez, que de nueva cuenta se viste de luto.
Dictamen y consecuencias jurídica. JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA.
Lo que no puede ocurrir, como consecuencia de estos hechos, es el silencio, la indiferencia, tampoco el cinismo de la negación, menos aún, los perversos juegos verbales y distractores para deslindar y olvidar.
Los mexicanos estamos de luto, por la muerte de los migrantes, pero también, por los cientos de miles de muertos por la pandemia mal administrada, por los crímenes y desapariciones huérfanas de justicia, por los feminicidios manchados de sangre e impunidad, por los olvidados. Inevitablemente también estamos de luto por la arbitrariedad, con la que tapan las injusticias y crímenes, provenientes tanto de gobiernos como de la propia sociedad.
Vale en estos momentos también, conceder un instante para la reflexión. Pensar en los hijos, en nuestros niños y jóvenes, en el futuro ensombrecido que les asecha.
Si no hacemos lo necesario como sociedad y gobierno, trabajar unidos, en un solo esfuerzo, a pesar de nuestras diferencias, pero con el único propósito unificado, de tener un México, libre, seguro, justo y sano para todos los mexicanos, entonces, el egoísmo y la ambición triunfarán, y las consecuencias, serán más que dolorosas, para todo el pueblo de México.